Un gallo que había perdido sus patas, congeladas debido a las temperaturas extremadamente bajas que soportó el animal, fue descubierto en un lastimoso estado por los Servicios de Asistencia Animal de la ciudad canadiense de Calgary y llevado a la Facultad de Veterinaria.
El doctor Daniel Pang se encargó de recibir al animal y como su colega Mark Ungrin disponía de una impresora 3D en su laboratorio, le diseñaron unas prótesis, aunque quizás no repararon en la particularidad del color, un tanto extraño para un gallo: azul.
Los dos veterinarios, ayudados por Douglas Kondro, un estudiante de ingeniería mecánica, lograron fabricarla.
“Imprimí las patas y las pinté, son resistentes pero flexibles y suaves para el gallo”, explicó Kondro en un comunicado.
Ahora el gallo encontró una familia que cuidará de él y sus nuevas patas, aunque quizás lo de menos es que sean azules, ya que el animal ha vuelto a caminar gracias a ellas.